Dijo en un suspiro para sí misma: Estar esperando a que pase algo entre nosotros también cansa.
-Es curioso que usted diga eso... -La interrumpía de su cavila. -Es como esperar en una estación de trenes a que llegue el tren correcto, mujer, mientras tanto verás personas subir y bajar de los trenes. Subir, (unas tantas se bajan sin motivo aparente) esperar dentro, se van, regresan o nunca más se les vuelve a ver y es porque han tomado el tren correcto. –Acercándome más en la banca. -Si usted gusta, podemos esperar juntos. Mi tren tardará mucho en llegar, pero en lo que llega, nos podemos hacer compañía. ¡Hola, soy poeta! Estoy seguro que su tren no tardara mucho, no como el mío que será épica su llegada por la lentitud a la que viene, pero usted dejara de esperar pronto, subirá al tren (no se bajara), esperara dentro, se irá, la veré partir y espero que nunca más la pueda volver a ver.
Sonrió, y dijo su nombre.
"...y dijo su nombre."
ResponderBorrar¡Bárbaro! Es un honor ver esto... ¡gracias!