Hacer el amor contigo, debe ser así como incendiar a fuego lento el alma.
Como empezar una llamarada con pasión acompasada, sin prisas, descubriendo como nace una poesía.
Debe ser como como empezar a caer en un abismo y ser rescatada antes de perder el sentido.
Es desprenderse de cada temor, dejar que el alma tiemble con emoción sin medida, hacer un huracán de mi interior y dejar que el calor consuma tus caricias.
Debe de ser como viajar al infinito, sentir como tus manos descubren cada rincón y se extasían al saberme tuya.
Sentirse como pasear por el sol sin que el calor te derrita, como vivir en el invierno sin padecer de frío.
Debe sentirse como caminar entre pétalos de rosas y embriagarse de su aroma, beber agua después de estar en un desierto.
Hacer el amor contigo, debe de ser poder comer y saciarte, con ganas de más, besar tu boca y descubrir que hay más sabores, sentir tus manos y descubrir que existen más caricias, mil formas de mirar el cielo.
Mirar tus ojos sin perderme el ellos, rescatar tu último suspiro para prolongarlo hasta que como un grito ahogado escape entre mis labios.
Es querer sentir que se te escapa la vida, que pierdes la noción y que en un abrazo apretado revives en tu cuerpo extasiado.
Hacer el amor contigo, debe ser un infinito paseo por el universo, de vaivenes acompasados, de caricias ilimitadas, de besos contagiados, de palabras ahogadas, de palpitares acelerados, de muestras de amor exageradas, de miradas eternas perdidas en las pupilas, de manos entrelazadas, de pensamientos perdidos y encontrados en unos labios, en unas manos y en una mirada, encontrarme reflejada en tus ojos.
Así debe de ser hacer el amor contigo…
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