domingo, 27 de octubre de 2013

¿Sabrá que suspiro cada que la veo?

Verla pasar junto a mí,
¿sentirá mis caricias cada que la veo?

Su piel es lisa y suave al tacto de mis ojos.
Su cabellera es atrapada por el peinado,
hermosas serpientes negras
que nacen de su piel blanca y tersa;
sus caderas al caminar de aquí y allá,
su porte rompe el viento
y roba las miradas al hablar.

¿Sabrá que suspiro cada que la veo?
Lo sabe, algo me dice que lo sabe
cada que se acerca a la mesa
para servirme más café.

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