lunes, 23 de febrero de 2015

Carta a mi amado.

Te quiero, no recuerdo con exactitud el detonante del momento donde comencé a hacerlo pero te quiero desde hace mucho.

Quizás fue la primera vez contemplando el sonido de tu voz acariciando suavemente mis oídos hasta fugarse por mi almohada para asechar sin tregua mis sueños, quizás fue la vibración de tus partículas fluyendo en mi piel al abrazarnos o tal vez fue tu mirada que al encontrarse con la mía sentí colapsar el universo totalmente.

Te pienso con una locura que se desborda. ¡Te quiero!, te quiero en las tardes lluviosas, en la banca de un parque, en las noches heladas... Te quiero desde hace mucho aquí conmigo... Te he querido incluso antes de verte por primera vez... Oír tu nombre me estremece, pronunciarlo me alivia, escribirte me llena el alma.

Cuando te veo, sueño, y, cuando te sueño, te veo; cada vez que me miras, desnudas completamente mi alma, cuando miro tus ojos me tiemblan las piernas, me da un vuelco el corazón, se me agita la respiración... Me encanta cuando ríes, cuando lloras y te vuelves frágil, cuando hablas y te emocionas, cuando suspiras, cuando eres tú mismo... ¡Me encantas!

Gracias a Dios por tu vida, de no haberte conocido, te inventaría tal y como eres. Es difícil creer que no te ame toda la gente con solo verte... ¿O es que sólo me pasa a mí?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario